Los libros de mi infancia: El pequeño vampiro en el país del conde Drácula - Angela Sommer-Bodenburg

Título: El pequeño vampiro en el país del conde Drácula (Anton und der kleine vampir. Die reise zu graf Dracula)

Autor: Angela Sommer-Bodenburg

Género: Infantil, Fantasía

Editorial: Alfaguara

Saga: El pequeño vampiro, nº 16

Encuadernación: Blanda

Páginas: 186

Primera publicación: 1993

Los padres de Anton están cansados de que les hable de sus amigos vampiros, los cuales ellos creen imaginarios, así que el psicólogo que está tratando a Anton, les recomienda que hagan un viaje a la fuente de todo, Transilvania, el país originario de los Vampiros, pensando que así Anton vería que todo es mentira y se olvidaría de los vampiros. Pero lo que no saben sus padres es que los vampiros existen, y que Rudigër, El pequeño vampiro y su familia han vuelto a vivir a su pueblo natal en Transilvania, y allí se encontrará Anton con ellos y vivirá muchas divertidas aventuras.

Es la tercera vez que leo este libro, es un libro que me encantaba cuando era niña. Y siendo adulta ¿cómo decidí volver a leerlo? Pues, estaba un día comiendo en una taberna a la que suelo ir bastante, y las tabernas aquí suelen tener toda la pared llena de cosas, y justo en frente mía vi una placa con la imagen de El castillo de Bran y de Vlad el empalador, el verdadero Drácula. Debajo ponía Transilvania, Romania. Y nunca la había visto, tantas veces como he ido. Pero de pronto me acordé de este libro, y de todo lo que me gustaban los vampiros en mi infancia, yo era como Anton, estaba un poco obsesionada con ellos. Por eso se tantas cosas, y se la historia de Vlad el empalador. Y solo puedo decir que me entraron unas ganas locas de volver a leer este libro, y cuando llegué a casa por la noche, lo empecé de nuevo.

No creo que oigáis salir de mi boca palabras negativas respecto a este libro. Es completamente maravilloso. En él Angela Sommer-Bodenburg hace una especie de ruta turística por la Transilvania de los años 90, con fotos hechas por ella misma, y transforma esa ruta en una de las aventuras de su libro, en una aventura de Anton, sus padres y el Pequeño Vampiro. Así que ya podéis suponer todo lo que aprendí con este libro sobre Transilvania y los vampiros cuando era pequeña.

Es un libro que se lee casi a la velocidad de la luz. No trata para nada a los niños como seres infantiles y tontos, al contrario, de la manera en que se expresa Anton, usando palabras más para adultos, trata a los niños de una manera bastante inteligente. Aunque eso sí, tratando solo problemas que le ocurren a los niños.

Me ha gustado tanto como la primera vez que lo leí, y quería seguir leyendo toda la saga, la sensación ha sido como una especie de “mono”, y me he tenido que frenar a mí misma y decirme “uno al mes”, para no leer los 20 de golpe. Pero no es extraño, debemos recordar que El pequeño vampiro, es el Harry Potter de los 80 y 90. Es una saga con la que los niños de aquella época estaban locos.

Y lo que más me gusta, es que aunque sea infantil, aunque sea una literatura muy ligera, y sea prácticamente de humor, el tipo de vampiro que nos retrata es el vampiro clásico, el monstruo, con escenarios tétricos, con cementerios, estacas, capas mugrientas agujereadas, vampiros con greñas, murciélagos, el terror de la noche y todo aquello que hemos perdido con los vampiros guaperas.

También quiero aprovechar para elogiar el trabajo que hizo la dibujante, en la saga publicada en España por Alfagura, los libros han traído dibujos de distintos artistas, y la que dibujó este en concreto es Magdalene Hanke-Basfeld, y son realmente preciosos, dibuja unos vampiritos tan lindos, que aportan mucho al libro.

Sí tenéis la oportunidad de conseguirlo en bibliotecas, o en tiendas de segunda mano, no os arrepentiréis, es tan divertido. Me gustaría que lo leyerais para que veáis lo fantástico que es.