domingo, 15 de junio de 2014

Reseña: Platero y yo - Juan Ramón Jiménez

Título: Platero y yo

Autor: Juan Ramón Jiménez

Género: Clásicos españoles, 
narrativa española

Editorial: El país

Encuadernación: blanda

Páginas: 190

Primera publicación: 1914 (de esta 2005)




Juan Ramón Jiménez recorre las calles y campos de Moguer junto a su fiel burrito Platero. Conversa con él y nos enseña las cosas cotidianas que hacían felices a ambos. A través de su mirada especial, podremos ver cada rincón y cada estampa del Moguer de principios del siglo XX.



¿Por qué lo leí? Cómo siempre empiezo explicándoos mi razón. Ya os comenté en el blog que este año es el AñoPlatero, porque hace 100 de la primera publicación de Platero y yo. Y por ello decidí hacer una serie de actividades relacionadas con este libro. La primera de ellas, leer el propio libro, del que solo había leído fragmentos cuando era pequeña, como: “Platero es pequeño, peludo, suave; tan blando por fuera, que se diría todo de algodón, que no lleva huesos…”. Además, planeé visitar la casa museo de Juan Ramón Jiménez, y acabé haciendo una tremenda ruta tras sus pasos por Moguer, que podréis ver en la siguiente entrada.

Y ahora sí, vamos a ponernos manos a la obra.

Ante todo deciros que me ha gustado mucho, se ha convertido en uno de esos libros que leeré muchas veces.

Está escrito de una manera muy delicada y reposada. Usa un lenguaje precioso y resulta muy dulce todo lo que narra. Incluso las cosas negativas, cómo cuando los niños gitanos le gritan “¡El loco!”, no resulta desagradable, porque él lo escribe de una manera que incluso te hace sonreír.

En cierto modo, el libro parece que fuera un diario, donde Juan Ramón cuenta de manera muy cuidada, sus vivencias y sensaciones. Y gracias a esto, encontramos episodios que creo que para los que vivimos en la provincia de Huelva pueden ser interesantes, como que el Río Tinto antiguamente era navegable, y grandes barcos pasaban por él y llegaban hasta Málaga navegando. Pero los ingleses lo estropearon con la extracción del mineral en Río Tinto y ahora solo pueden navegarlo barquitas.

También cuenta otras cosas que me parecen interesantísimas. Porque son cosas de antaño que ya no pasan. Cómo que sacrificaban a todos los perros callejeros del pueblo porque tenían rabia. O cuando habla de las gitanas que venían por la calle, con esos trajes hechos de trapos de colores, ahora la gente paga un dineral por los trajes de flamenca, en el libro podemos ver la procedencia de estos trajes. O la niña que venía en el burrito pregonando que vendía “albérchigos”. O los burros y caballos que llevaban al “moridero” cuando eran viejos. Son cosas que a mí, personalmente, me llamaron mucho la atención.

Además, constantemente este libro me hacía pensar en algo, lo incomprendidos que son los genios. Lo dura que es la vida de la persona que tiene tal sensibilidad, ingenio, creatividad e inteligencia. Al vivir en un pueblo tan cercano a Moguer, siempre he oído decir, lo mal que lo trataba la gente digamos de un nivel cultural inferior, porque era un incomprendido. Y cuando salió de su pueblo, lo abrazaron y ensalzaron, comprendiendo el genio que era. Qué triste, y que duro, pero como me dice un amigo mío “Isa, nadie es profeta en su tierra”, y en aquella época así era para él. Aunque ahora todo el mundo entienda su grandeza. Y por todo esto, admiro más profundamente a Juan Ramón Jiménez. Quizá estaba adelantado a su tiempo, o no, porque siempre habrá personas que huirán de la cultura y la harán el centro de sus burlas.

Algo curioso que quiero deciros, momento friki, es que soy de la opinión de que si Juan Ramón hubiera nacido hoy, hubiera sido Video blogger (vlogger) o hubiera disfrutado mucho de Instagram, documentando todo lo que hacía en cada momento. Porque, al fin de al cabo, eso es lo que hace en este libro, una crónica de todo, desde la granada que se está comiendo, hasta una puesta de sol.

Mi conclusión es que tenéis que leerlo, porque es un libro fantástico, de una sensibilidad y una bondad que pocas personas pueden plasmar. Una gran obra literaria, sencilla, pero interesantísima.

Además os dejo mi fragmento favorito del libro:

“Miedo. Aliento contenido. Sudor frío. El terrible cielo bajo ahoga el amanecer. (No hay por donde escapar.) Silencio… El amor se para. Tiembla la culpa. El remordimiento cierra los ojos. Más silencio…
El trueno, sordo, retumbante, interminable, como un bostezo que no acaba del todo, como una enorme carga de piedra que  cayera del cenit al pueblo, recorre, largamente, la mañana desierta. (No hay por donde huir.) Todo lo débil —flores, pájaros—, desaparece de la vida.






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3 comentarios:

Hechicera Lestrange dijo...

Es un libro bastante corto dentro de todo. Lo lei cuando tenia 8 años y no me acuerdo casi nada del libro. Creo que deberia volverlo a leer , ya que lo recomendas mucho.

Isabel Galiot dijo...

Es que a mí, la verdad es que me ha gustado mucho.

Unknown dijo...

Tenemos los gustos parecidos... Te invito a leer mi publicación acerca de este libro: http://mihobbyesleer.blogspot.com.ar/2013/08/lo-lei-hace-tiempo-2.html

Me gusta mucho tu blog.
Saludos!