Autor: Juan Ramón
Jiménez
Género: Clásicos
españoles,
narrativa española
Editorial: El
país
Encuadernación: blanda
Páginas: 190
Primera publicación:
1914 (de esta 2005)
Juan Ramón Jiménez recorre las
calles y campos de Moguer junto a su fiel burrito Platero. Conversa con él y
nos enseña las cosas cotidianas que hacían felices a ambos. A través de su
mirada especial, podremos ver cada rincón y cada estampa del Moguer de
principios del siglo XX.
¿Por qué lo leí? Cómo siempre
empiezo explicándoos mi razón. Ya os comenté en el blog que este año es el AñoPlatero, porque hace 100 de la primera publicación de Platero y yo. Y por ello decidí hacer
una serie de actividades relacionadas con este libro. La primera de ellas, leer el propio libro, del que solo había leído fragmentos cuando era pequeña, como: “Platero es pequeño, peludo, suave; tan blando
por fuera, que se diría todo de algodón, que no lleva huesos…”. Además,
planeé visitar la casa museo de Juan Ramón Jiménez, y acabé haciendo una
tremenda ruta tras sus pasos por Moguer, que podréis ver en la siguiente
entrada.
Y ahora sí, vamos a ponernos
manos a la obra.
Ante todo deciros que me ha
gustado mucho, se ha convertido en uno de esos libros que leeré muchas veces.
Está escrito de una manera muy
delicada y reposada. Usa un lenguaje precioso y resulta muy dulce todo lo que
narra. Incluso las cosas negativas, cómo cuando los niños gitanos le gritan “¡El
loco!”, no resulta desagradable, porque él lo escribe de una manera que incluso
te hace sonreír.
En cierto modo, el libro parece
que fuera un diario, donde Juan Ramón cuenta de manera muy cuidada, sus
vivencias y sensaciones. Y gracias a esto, encontramos episodios que creo que
para los que vivimos en la provincia de Huelva pueden ser interesantes, como
que el Río Tinto antiguamente era navegable, y grandes barcos pasaban por él y
llegaban hasta Málaga navegando. Pero los ingleses lo estropearon con la
extracción del mineral en Río Tinto y ahora solo pueden navegarlo barquitas.
También cuenta otras cosas que me
parecen interesantísimas. Porque son cosas de antaño que ya no pasan. Cómo que
sacrificaban a todos los perros callejeros del pueblo porque tenían rabia. O
cuando habla de las gitanas que venían por la calle, con esos trajes hechos de
trapos de colores, ahora la gente paga un dineral por los trajes de flamenca,
en el libro podemos ver la procedencia de estos trajes. O la niña que venía en
el burrito pregonando que vendía “albérchigos”. O los burros y caballos que
llevaban al “moridero” cuando eran viejos. Son cosas que a mí, personalmente,
me llamaron mucho la atención.
Además, constantemente este libro
me hacía pensar en algo, lo incomprendidos que son los genios. Lo dura que es
la vida de la persona que tiene tal sensibilidad, ingenio, creatividad e
inteligencia. Al vivir en un pueblo tan cercano a Moguer, siempre he oído
decir, lo mal que lo trataba la gente digamos de un nivel cultural inferior, porque
era un incomprendido. Y cuando salió de su pueblo, lo abrazaron y ensalzaron,
comprendiendo el genio que era. Qué triste, y que duro, pero como me dice un
amigo mío “Isa, nadie es profeta en su
tierra”, y en aquella época así era para él. Aunque ahora todo el mundo
entienda su grandeza. Y por todo esto, admiro más profundamente a Juan Ramón Jiménez.
Quizá estaba adelantado a su tiempo, o no, porque siempre habrá personas que
huirán de la cultura y la harán el centro de sus burlas.
Algo curioso que quiero deciros, momento
friki, es que soy de la opinión de que si Juan Ramón hubiera nacido hoy,
hubiera sido Video blogger (vlogger) o hubiera disfrutado mucho de Instagram,
documentando todo lo que hacía en cada momento. Porque, al fin de al cabo, eso
es lo que hace en este libro, una crónica de todo, desde la granada que se está
comiendo, hasta una puesta de sol.
Mi conclusión es que tenéis que
leerlo, porque es un libro fantástico, de una sensibilidad y una bondad que
pocas personas pueden plasmar. Una gran obra literaria, sencilla, pero interesantísima.
Además os dejo mi fragmento
favorito del libro:
“Miedo. Aliento contenido. Sudor frío. El terrible cielo bajo ahoga el
amanecer. (No hay por donde escapar.) Silencio… El amor se para. Tiembla la
culpa. El remordimiento cierra los ojos. Más silencio…
El trueno, sordo, retumbante, interminable, como un bostezo que no
acaba del todo, como una enorme carga de piedra que cayera del cenit al pueblo, recorre,
largamente, la mañana desierta. (No hay por donde huir.) Todo lo débil —flores,
pájaros—, desaparece de la vida.
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3 comentarios:
Es un libro bastante corto dentro de todo. Lo lei cuando tenia 8 años y no me acuerdo casi nada del libro. Creo que deberia volverlo a leer , ya que lo recomendas mucho.
Es que a mí, la verdad es que me ha gustado mucho.
Tenemos los gustos parecidos... Te invito a leer mi publicación acerca de este libro: http://mihobbyesleer.blogspot.com.ar/2013/08/lo-lei-hace-tiempo-2.html
Me gusta mucho tu blog.
Saludos!
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