Autor: R. R. López
Género: Humor, Realismo fantástico
Editorial: Publicalibro
Formato: Ebook
Páginas: 224
Primera publicación: 2004 (ésta edición 2013)
Felio es un universitario de
Córdoba que nos cuenta a través de varios relatos sus aventuras, estas
transcurren en la universidad y con su mejor amigo, nos habla de extrañas
experiencias paranormales, de sus intentos de experiencias sexuales, de la vida
en su barrio y con sus extraños vecinos, todo de la manera más sarcástica y
divertida.
La verdad es que con este libro
me lo he pasado en grande, me he reído muchísimo, no os lo podéis imaginar. Lo
que si os tengo que decir es que no es un libro para personas delicadas, muy rectas
o que tratan de maquillar la realidad más…. grosera de la vida, con lo más fino,
porque es un libro tremendamente sincero. Dentro del género humorístico
encontramos a personas que escriben de maneras completamente distintas, mucho
más que en otros géneros, usando recursos muy distintos, y en este caso el
autor hace uso de la escatología, de la calentura adolescente, del sarcasmo, de
un lenguaje muy coloquial y muy andaluz, incluso de una cultura muy andaluza,
pero también de la incultura. Todo esto lo mezcla con toques de ficción, por
ejemplo, en algunos momentos aparecen cosas paranormales, aunque muy cómicas.
El autor muestra una parte de la
sociedad, que aunque está ahí, nadie suele mostrar, pero lo hace de un modo
cómico. El protagonista, Felio, tiene cultura, gusto musical, y bueno, sentido
común, y está rodeado de gente completamente inculta, basta, bruta,
prácticamente analfabetos. La manera en que los muestra el autor, puede parecer
exagerada, pero yo os digo que para nada, porque he conocido a gente así. El
autor escribe de manera normal cuando habla Felio, usando un lenguaje muy rico;
pero cuando hablan personas… tal y como ellos lo expresarían “bajunas”, escribe literalmente como
suenan sus diálogos y conversaciones, y realmente, en mí causaba verdaderas
carcajadas, primeramente, porque clavaba su lenguaje escribiéndolo con palabras
que ni existen, y después, porque es tan real, me recordaba mucho a personas
que yo he visto y he conocido. Es la cultura de la incultura, muestra una
especie de incultura incluso en los aspectos más básicos de la sociedad. De
verdad, tenéis que leerlo para ver como lo hace.
En cuanto al ritmo de la
narración, todo transcurre rápido, no te da tiempo a aburrirte, el protagonista
es muy elocuente, sus frases son muy sarcásticas, de hecho, me llamaba mucho la
atención y me hacía pensar que el autor tiene que tener una gran imaginación y
sentido del humor, para crear tantísimos juegos de palabras, ocurrencias,
frases sarcásticas, etc. Prácticamente se suceden una tras otra en todo el
libro. También hace muchas referencias a personajes de series y películas de
los 80 y 90, incluso a lo que podríamos llamar “tribus urbanas andaluzas”.
Una de las cosas que más me ha
gustado es que el autor plasma a un personaje muy joven, digamos
post-adolescente, y no maquilla muchos aspectos de esa juventud como hacen
otros autores, sino que te habla de la realidad, de cosas que tú puedes haber
conocido en esa época. En algunas partes del libro vemos que el personaje de
Felio es muy joven, y está muy… digamos caliente, y no se come nada, y se
expresa como alguien que es muy joven, está muy caliente, y no se come nada; y
aunque pueda parecer una tontería, esto
no es común, porque la mayoría de autores plasman a adolescentes o post-adolescentes
que parecen treintañeros, maduros, llenos de control, y eso no es así, no es
real. Los chavales a esa edad son completamente groseros, y dicen muchas
guarrerías, y esa es la realidad aunque la gente no quiera que sus hijos lean
ese tipo de cosas. Y por eso, ¡por eso!, cuando lees las barbaridades que dice
Felio, te acuerdas de esa época de tu vida, y te ríes, mucho, porque lo normal
es mirar hacia atrás y reírnos de lo bestias que éramos.
Por otra parte, cuando lo leía
pensaba que el personaje de Felio debe estar basado en experiencias del propio
autor, porque estudia la misma carrera, también es de Córdoba, y la descripción
que da de Felio es muy parecida a la del propio autor. Y mientras lo leía
pensaba: “seguro que esos eran sus
profesores y vecinos y les ha cambiado el nombre”, y me reía muchísimo.
Tengo que decir que el único
capítulo que no me gustó fue el segundo, no completamente, porque tiene cosas
con las que también me reí mucho, pero ese capítulo me disgustó un poco. El
resto de capítulos me encantaron y el libro mejoraba cada vez más.
Si queréis pasar un buen rato, riéndoos
prácticamente todo el tiempo, os recomiendo que leáis Historias que no contaría a mi madre.
Y si os interesa, el autor ha sacado una segunda parte en 2014, llamada Imposible pero incierto.
Algunas frases que me han gustado:
“Sea como fuere, la cosa es que yo me hallaba repantigado en el
incómodo taburete, con los codos apoyados en el banco del laboratorio, en una
postura de “devórame, baby.”
“Me había ganado la enemistad del Guanán, uno de los capos más
sanguinarios del cerro, por hacerle un masaje en las gónadas con la punta del
zapato.”
“Mi determinación era firme como los senos de la Venus de Milo.”
2 comentarios:
Me gusto mucho tu reseña, y el libro pinta muy bueno! Pero me da miedo no entender las cosas andaluces por que no siquiera vivo en España.
Nos vemos!
Por lo que cuentas, tiene buena pinta pero como el sentido del humor es tan diferente entre unas personas y otras no sé si arriesgarme! Aunque las citas que pones me han hecho gracia :D
Un besito
Publicar un comentario