Aquí tenéis las frases que más me
han gustado de los libros que he estado leyendo en Febrero. En esta ocasión no
solo hay de una novela, sino de otros libros de otras temáticas. La última es
un poco larga, pero creo que merece la pena completamente leerla. Espero que os
gusten.
Las vírgenes suicidas – Jeffrey Eugenides
Página 44: “Supimos que las chicas eran gemelas nuestras, qué todos existíamos en
el espacio como animales de idéntica piel, y que si ellas lo sabían todo de
nosotros, nosotros en cambio no podíamos sacar nada en claro de ellas.”
Páginas 55, 56: “Comprendimos que la versión del mundo que
nos daban no era en la que ellos creían, y que por mucho que refunfuñasen y se
quejasen cuando les estropeaban las plantas, en realidad sus jardines les
importaban un rábano.”
Página 116: “Siempre resulta que la vieja loca que encuentras todos los días en el
ascensor está perfectamente cuerda cuando decides hablar con ella.”
Página 121: “Se mantenía muy erguida, como Audrey Hepburn, esa actriz a la que
idolatran todas las mujeres y en la que los hombres jamás piensan.”
Página 125: “Lo que queremos es vivir… si nos dejan.”
Página 176: “Como es habitual, la Santa Madre tenía esa expresión beatífica de los
que se medican con litio.”
Cultiva tus remedios – Mariano Bueno
Página 126: “Sin ilusión ni motivación ninguna herramienta puede cumplir su
función.”
El libro práctico de la casa sana – Mariano Bueno
Página 11: “El edificio enfermo: La aparente pulcritud y asepsia de nuestras “confortables”
viviendas, a las que creíamos que la técnica había convertido en lugares mucho
más sanos que en el pasado, se ve cuestionada por el “síndrome del edificio
enfermo”. Trastornos alérgicos y respiratorios, irritación ocular, dolor de
cabeza, náuseas y nerviosismo son sólo algunos de los síntomas generados por la
permanencia prolongada en nuestros hogares modernos, convertidos en unidades
herméticas a base de materiales plásticos, espumas aislantes, suelos de
hormigón, capas impermeables de pinturas plásticas. Viviendas que mantienen el
aire viciado en el interior, creando un ambiente carente de los beneficiosos
campos energéticos del exterior (el sol y las radiaciones terrestres
positivas), pero bombardeado por infinidad de campos eléctricos o
electromagnéticos artificiales, y donde los vapores de todas las sustancias
químicas y materiales sintéticos de las instalaciones y los materiales modernos
de construcción alcanzan concentraciones potencialmente nocivas para la salud.”
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