Un mes más os dejo en esta sección las frases de los libros que he leído este mes, diciembre de 2015. Este mes he leído nada menos que la friolera de ocho libros, de los cuales os dejaré aquí las frases que me han llamado la atención, de tres libros.
El mes de noviembre leí cuatro libros, pero no hubo Las frases del mes, porque no encontré ninguna frase que me gustara.
Historias que no contaría a mi madre - R. R. López
“Sea como fuere, la cosa es que yo me hallaba repantigado en el incómodo taburete, con los codos apoyados en el banco del laboratorio, en una postura de “devórame, baby.”
“Me había ganado la enemistad del Guanán, uno de los capos más sanguinarios del cerro, por hacerle un masaje en las gónadas con la punta del zapato.”
“Mi determinación era firme como los senos de la Venus de Milo.”
Aquellas mujercita - Louisa May Alcott
"De todas formas me he dado cuenta que los críticos son unos seres que se empeña en juzgar los hechos que copiamos de la realidad, como fantásticos sueños, y los que son producto de nuestra desatada imaginación, como maravillosos prodigios de naturalidad..."
"-El mejor regalo para mí, es que me permitan conservar la independencia."
"-¡Condenada costumbre mía de decir todo lo que pienso! -se lamentó Jo-. ¿Cuándo aprenderé?"
El conde de Montecristo - Alexandre Dumas
Aquellas mujercita - Louisa May Alcott
"De todas formas me he dado cuenta que los críticos son unos seres que se empeña en juzgar los hechos que copiamos de la realidad, como fantásticos sueños, y los que son producto de nuestra desatada imaginación, como maravillosos prodigios de naturalidad..."
"-El mejor regalo para mí, es que me permitan conservar la independencia."
"-¡Condenada costumbre mía de decir todo lo que pienso! -se lamentó Jo-. ¿Cuándo aprenderé?"
El conde de Montecristo - Alexandre Dumas
“—¡Oh!, ¡la maldad de los hombres es muy profunda! —dijo Villefort—, puesto que es más profunda que la bondad de Dios.”
“Fue tan bien comprendido este saludo, que Morrel, con la misma expresión de su mirada, acercó a su vez su pañuelo a la boca, y las dos estatuas vivas, cuyo corazón latía con tanta violencia bajo el mármol de su rostro, separadas por toda la longitud de la sala, se olvidaron un instante o más bien olvidaron el mundo en aquella muda contemplación.”
“Las ideas no mueren, señor, se adormecen de vez en cuando, pero despiertan más fuertes que antes.”
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